miércoles, 9 de enero de 2013

Estrenos 2012 - Los Miserables, Tom Hooper


 Renovación interesante del género musical con momentos de tedio y necesidad de oxígeno


Título Original: Les Misérables

Año: 2012

Duración: 152 min.

País: Reino Unido
Director: Tom Hooper
Guión: William Nicholson (Drama: Victor Hugo)
Música: Claude-Michel Schönberg
Fotografía: Danny Cohen
Reparto: Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway, Amanda Seyfried, Eddie Redmayne, Samantha Barks, Helena Bonham Carter, Sacha Baron Cohen, Aaron Tveit, Isabelle Allen, Daniel Huttlestone, Colm Wilkinson, Natalya Wallace, Michael Jibson, Bertie Carvel, Tim Downie, Marc Pickering, Patrick Godfrey, Killian Donnelly, Fra Fee, Gabriel Vick, George Blagden, Alistair Brammer, Charlotte Hope
Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Universal Pictures / Working Title






Hace años que el género del musical clásico está agonizando, dando sus últimos coletazos para sobrevivir en un mundo donde priman otro tipo de producciones. A este respecto, Hairspray y Mamma Mia no hicieron más que acentuar la necesidad urgente de renovación de un género con guiones cada vez más planos y que pierde adeptos a una velocidad endiablada.


Chicago y Moulin Rouge lo intentaron a la vieja usanza, mezclando baile y sensualidad en un show coreográfico más cabaretero, logrando una modernización del género notable pero con argumentos que ya parecen demasiado exprimidos. Una película más de cabareteras y la saturación hubiese sido completa, ya sin vuelta atrás.



Los Miserables es una propuesta totalmente distinta, que tira de la narración más clásica y suprime las coreografías, lo que hace más creíble la historia. Aquí las canciones (muchas veces simplemente diálogos cantados, sin resquicio de canción propiamente dicha) están al servicio de la narración, no para dar forma a una coreografía que, en esta película, hubiera funcionado realmente mal, reduciendo drásticamente la intensidad dramática del film.

Precisamente la intensidad dramática es uno de los grandes pilares con los que cuenta esta película, aportando momentos realmente intensos donde los actores juegan un papel primordial. Punto y aparte para confesar que, de primeras, una película con Anne Hathaway, Hugh Jackman y Russell Crowe lo tiene todo para que un servidor la descarte en cartelera, pero he de reconocer que los tres están magníficos. Los cinco minutos de primer plano con una Anne Hathaway destrozada cantando “I Dreamed a Dream”, son de lo más intenso que he visto en el cine (esta actriz hace más en cinco minutos que muchas en toda su carrera) y le bastan para garantizar el Oscar a la mejor actriz secundaria. Hugh Jackman también está espectacular en la, probablemente, mejor interpretación de su carrera y el camaleónico Crowe no desentona (ni a nivel de actuación ni musicalmente hablando), lo cual ya me parece suficiente.








Otro punto fuerte del film es la ambientación: vestuario, fotografía, estética y dirección artística puestos al servicio de la historia, derrochando verosimilitud. Las escenas en las sombrías calles de París o las del alzamiento popular transmiten la sensación de estar viendo algo muy grande, una superproducción donde se ha invertido correctamente hasta el último centavo (algo difícil de ver hoy en día). Además, en ciertas ocasiones te queda la sensación de estar viendo una obra en directo, con lo que se consigue que, en muchas ocasiones, la unión entre público y obra sea casi perfecta.

Y aquí es donde radica el principal problema de la película, en las ocasiones donde no consigue esa unión. El hecho de que sea totalmente cantada (no hay ni un solo diálogo no entonado) hace que muchas escenas (como la lectura de una carta) pierdan fuerza, convirtiéndolas en casi cómicas. Aparte, es muy difícil para el espectador tener la concentración al máximo todo el rato ya que no hay momento de descanso entre canción y canción (aparte, desconozco si existe una versión doblada, la cual no tendría ningún sentido, con el agravante para espectador que no está acostumbrado a leer subtítulos y tiene que doblar su esfuerzo). 

Por otro lado, hay muchas escenas –aquellas en que hay que prestar atención a varios personajes en pantalla- en las que resulta casi imposible seguir la trama sin dejarse la vista en el intento. Excesivos primeros planos en escenas corales y bruscos movimientos de cámara hacen que la mayor parte del trabajo sucio lo tenga que hacer el espectador. Esto, unido a la falta de respiro de momentos musicales, crea en muchas ocasiones un caos visual y sonoro del que es difícil recuperarse…es como estar leyendo en el sofá mientras alguien a tu lado te está hablando de su viaje a Croacia mientras te enseña fotos y pone música para acompañar…algo te vas a perder, seguro.







En resumen, gran experimento de un género que necesita un lavado de cara, que funciona a la perfección en lo que a capacidad interpretativa, intensidad dramática y ambientación se refiere, pero que falla en muchas ocasiones en la dirección, convirtiendo la película en ciertos momentos en un caos sin posibilidad de sacar la cabeza para respirar algo de paz. Unos planos alejados de las escenas más intensas o un mínimo de diálogo (aunque sea introductorio) habría bastado para que todas las piezas encajasen a la perfección. No obstante, tengo la sensación de que la Academia va a premiar considerablemente esta cinta con un mínimo de 3 estatuillas (actriz secundaria, vestuario y canción, banda sonora o maquillaje).




Nota VOSP: 7,2 / 10

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