domingo, 20 de enero de 2013

Django Unchained, Quentin Tarantino

 El western visto desde los ojos de un niño travieso by Daniel Reigosa





Título original: Django Unchained
Año: 2012
Duración: 165 min.
País: Estados Unidos
Director: Quentin Tarantino
Guión: Quentin Tarantino
Música: Ennio Morricone, Johnny Cash…
Fotografía: Robert Richardson
Reparto: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, Don Johnson, Walton Goggins, James Remar, Dennis Christopher, Michael Parks, Bruce Dern, Franco Nero, Jonah Hill, Tom Savini, M.C. Gainey, RZA, Todd Allen, James Russo, Tom Wopat, Misty Upham, Gerald McRaney, Cooper Huckabee, Laura Cayouette
Productora: Sony Pictures / The Weinstein Company




No es normal que un director con una carrera tan poco prolífica levante el revuelo y expectación que genera el señor Tarantino tanto a nivel de crítica como, sobre todo, de público. Cada estreno del director de Tennessee se convierte en evento mundial, todo el mundo opina, es tema de conversación en lugares tan dispares como noticieros o en la cafetería del trabajo. Como figura magnánima e icónica que es, más allá del cine, levanta odios y pasiones, pero incluso entre los que no lo soportan resulta difícil encontrar a alguien que no reconozca su indudable calidad.

Creo que su mejor época creativa la podemos encontrar en sus inicios, con Reservoir Dogs, Pulp Fiction y Jackie Brown pero en todas sus películas ha sabido mantener un nivel alto de calidad mezclado con elevadas dosis de humor, sin perder su peculiar estilo. Es un niño travieso en un cuerpo de 45 años, un niño que se lo pasa bien rodando y que, cuando tiene un juguete nuevo, lo exprime para que todos podamos jugar con él. Django Unchained es una gamberrada, es un nuevo juguete, no tan bonito como los anteriores pero igualmente divertido.


Tarantino ha jugueteado (y homenajeado) con el género western (más concretamente a Sergio Leone y el "spaguetti western") con mayor o menor intensidad en todas sus películas, pero nunca había rodado uno como tal. Django Unchained es un western pero, paradójicamente, es la película de su filmografía que más se aleja del lenguaje de este género. No encontramos los primerísimos primeros planos, los personajes de héroes moralmente discutibles o la estética sucia. Django es una película más cercana al género de superhéroes o la mitología clásica.


No voy a extenderme hablando de lo magistrales que están los actores (especialmente Christoph Waltz, un actor que se adapta como un guante al humor y estilo de Tarantino), ni de la maravillosa banda sonora (el tema de Johnny Cash, "Aint no Grave" parece hecho especialmente para el film), porque eso se presupone en las películas de Tarantino.

Django Unchained trata la brutalidad de la esclavitud en los estados sureños americanos de una forma inteligente, sin pasar de puntillas y con respeto (fantástica la parodia en tono burlesco al KKK).  Tras una primera hora absolutamente fascinante con escenas memorables (aunque no a la altura de la primera escena de Malditos Bastardos) y un ritmo trepidante, la película entra en una fase más madura, lenta y con paréntesis de humor muy bien dosificado. Sin embargo, la última media hora, donde los desfases y excentricidades de Tarantino alcanzan su punto álgido, baja considerablemente el nivel.


Es en esa primera parte donde tienen lugar las mejores escenas y los mejores diálogos, más ingeniosos y críticos. La escena inicial, en la que se presentan a los dos protagonistas es puro cine y la escena del bar, en la que Djando y el Dr. Schultz se toman una cerveza mientras esperan al sheriff es de las que hacen amar este vicio. Pero la película se va diluyendo poco a poco a medida que la trama se centra sólo en la obsesión de Django (recuperar a su mujer), exceptuando las magnificas introducciones de los personaje de Calvin Candle (uno de los mejores malos de la historia del western interpretado con muchos matices por un maduro y convincente Leo DiCaprio) y de Stephen (un criado de color con una posición privilegiada y una especie de síndrome de Estocolmo, que le hace aceptar y defender las normas establecidas).

Una película extremadamente divertida, con unos buenos personajes (aunque lejos de la complejidad de Pulp Fiction) que supone una continuidad con Malditos Bastardos en cuanto a tratar temas espinosos dándoles un final que la historia hubiese aceptado de buen grado. Una travesura más del "niño gamberro" Tarantino, que se divierte (y mucho) en esta película (su cameo es muy cómico y autoparódico) y que, en contra de las polémicas declaraciones de Spike Lee, creo que trata el tema de la esclavitud con mucho respeto y sin recrearse de una forma banal. Dos horas y media que se pasan volando, lo cual es de agradecer. No viene mal una ración en el menú cinematográfico de "Spaguetti a lo Tarantino" cada 4-5 años, en el que el próximo plato ya anunciado será Kill Bill Volumen 3....A esperar toca.



Nota VOSP: 7,7 / 10


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