domingo, 27 de enero de 2013

El Lado Bueno de las Cosas, David O. Russell

Penúltimo intento (fallido) de resurrección del género de la comedia romántica by Daniel Reigosa



Título original:
Silver Linings Playbook

Año: 2012
Duración: 120 min.
País: Estados Unidos
Director: David O. Russell
Guión: David O. Russell (Libro: Matthew Quick)
Música: Danny Elfman
Fotografía: Masanobu Takayanagi
Reparto: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert De Niro, Jacki Weaver, Chris Tucker, Julia Stiles
Productora: Mirage Enterprises / The Weinstein Company



Todos los años, en torno a mediados de enero, se reúnen los académicos de Hollywood para debatir cuáles serán las películas que competirán un mes más tarde por los prestigiosos premios Óscar. Las claves de la reunión parecen siempre las mismas: una película más o menos independiente; las películas de los pesos pesados de la industria; alguna de director novel al que hay que promocionar; cada 4-5 años una extranjera para demostrar al mundo que Hollywood no sólo mira su ombligo; y una comedia aceptada por el público medio, de aceptable calidad, con la que la gente se sienta identificado (al fin y al cabo  es ese público el que mantiene el negocio). Queda, por lo tanto, poco espacio para la nominación de películas que de verdad lo merezcan.

Sólo así se entienden algunas nominaciones, algo forzadas, en los último años, tanto a película (el premio gordo) como a director o actor, y sólo así se puede entender que una película como El Lado Bueno de las Cosas (Silver Lining Playbook), sin ser una mala película, haya conseguido 8 nominaciones, la mayoría de las importantes.

Hollywood (y últimamente el cine francés) sigue apostando por un género manido y explotado como pocos: la comedia romántica. No quedan situaciones atractivas en las que un chico y una chica, que en un principio no se gustan pero que, tras pasar un buen número de penurias, al final descubrimos que están hechos en uno para el otro. Además, este género, suele servir como excusa para lanzar a las "nuevas estrellas" del celuloide (ahora digital).

Mucho de los anteriormente comentado se puede aplicar a El Lado Bueno de las Cosas, una película que si bien es superior a la media del género, tanto a nivel de guión, interpretativo y dirección, no deja de ser una película aceptable, y poco más. Igual el problema de la película es la forma en la que nos la han vendido: que si renueva el género, que si la podría haber firmado Billy Wilder (señores, pongámonos serios), que si la screwball comedy revive en manos de David O. Russell y un sin fin de elogios y críticas, que le han llevado a optar a las mencionadas 8 estatuillas. 

Sí puedo entender comparaciones con la screwball comedy de los años 40 ya que en la película de O. Russell se dan muchas de las características de este tipo de comedias: personajes de clase media-alta; mujer que lleva la voz cantante, con personalidad; cierto grado de locura y anarquía en la toma de decisiones; diálogos ingeniosos y ritmo trepidante. Pero se queda a años luz del ingenio que desprendían las películas de Cukor, Wilder, Hawks o incluso, Capra.

La película empieza con muy buenos mimbres, y aguanta el tipo en la primera hora de metraje. La enfermedad de Pat (Bradley Cooper) está muy bien tratada y bien relacionada con la personalidad de sus padres (Robert de Niro y Jacki Weaver). La cámara, la banda sonora y, sobre todo, la edición y montaje ayudan a entrar en la personalidad de Pat, a entenderlo y a convivir con él. 

Plantea temas muy interesantes como los problemas de juego (encarnados en la figura del padre) y la repercusión de éstos en el seno de la familia; la adicción al sexo (el personaje de Jennifer Lawrence)  los problemas mentales y la difícil adaptabilidad social; y la superficialidad de las parejas de clase media-ata, asentadas, hipócritas y conformistas (tema tratado con inteligencia e intensidad en American Beauty). Pero tras una primera hora en la que se construyen con detalle y precisión todos esos temas, con un humor muy inteligente sin caer en la estupidez y con pequeñas píldoras de locura que hacen pensar que estamos ante una excelente comedia (hay que remontarse a Mejor Imposible para ver una comedia redonda), la película cae estrepitosamente en lo superficial y previsible, para acabar con un final típico de las películas americanas de los 80.

Ni es una de las 9 mejores películas del año, ni tiene un trabajo interpretativo magnífico (los actores están correctos pero nada del otro mundo), ni la dirección es genial (sobre todo en la segunda hora) ni muchas cosas más. Sí se trata de una película muy decente, con toques de humor muy buenos, y bastante superior a la media del género. Lo que sí tengo claro es que a estos dos buenos actores los vamos a ver hasta en la sopa en los próximos dos-tres años. 


Nota VOSP: 4,9 / 10







viernes, 25 de enero de 2013

Al Este del Edén (Elia Kazan, 1955)


 El abuso de un mito by Daniel Reigosa


Título original: East of Eden
Año: 1955
Duración: 115 min.
País: Estados Unidos
Director: Elia Kazan
Guión: Paul Osborn (Novela: John Steinbeck)
Música: Leonard Rosenman
Fotografía: Ted McCord
Reparto: James Dean, Raymond Massey, Julie Harris, Dick Davalos, Jo van Fleet, Burl Ives
Productora: Warner Bros. Pictures









Estamos en 1955, año cumbre en Hollywood. Nace (y muere) una estrella, James Dean. Tres películas, dos de ellas estrenadas en ese año, y la tercera (Gigante) al año siguiente. Dean murió al finalizar el rodaje de esta última. En un año, nacimiento, explosión y muerte de un estella.

Con esa historia es fácil que se mitifique cualquiera de las tres películas que interpretó el joven actor prodecente del Actor´s Studio (fundado por Elia Kazan). Al Este del Edén (East of Eden, 1955) dirigida por Elia Kazan, fue su primera película y la que le lanzó al estrellato ya que, hasta entonces, sólo contaba con fugaces apariciones en series de televisión y papeles en cine como figurante.


Las obras de John Steinbeck han sido fuente inagotable de guiones en el cine, de algunas han surgido películas magistrales como Náufragos de Hitchcock o Las Uvas de la Ira de Ford. Sin embargo, otras adaptaciones, como Al Este del Edén, me parecen mucho más flojas y poco profundas.

La cinta expone las intensas y complejas relaciones familiares de un padre (Adam Task) con sus dos hijos (Aron y Cal), que han tenido que vivir sin el apoyo crucial de una madre. La lucha del bien y el mal entre los hermanos -al más puro estilo de Caín y Abel-, entra en conflicto con su padre y la novia del hermano bueno (Aron), mientras que el hermano malo (Cal) descubre algo que le hará replantearse su existencia y cambiar totalmente su personalidad.

La película de Kazan pierde interés a medida que avanza la película, ya que depende demasiado del personaje principal (el hermano malo Cal Task), interpretado por un sobreactuado Dean. Me sobran muchos primeros planos en los que Dean abusa de la cámara y de los registros para conmover al espectador: caídas de ojos, sufrimiento, giros de cara….La película entera es un abuso del personaje de Cal, un sufrimiento contínuo, mal orientada a mi modo de ver, ya que se convierte en totalmente previsible.


En resumen, la película sirve para contemplar el pavoneo personal de James Dean, ver algunas escenas míticas del cine de Hollywood y corroborar que, cuando quiere, Kazan tiene un dominio técnico interesante (sirva como ejemplo la genial escena de la charla entre padre e hijo mientras este último se balancea en un columpio). No se trata de una mala película, pero me esperaba mucho más del director de Un Tranvía Llamado Deseo y, sobre todo, La Ley del Silencio.


Nota VOSP: 5,8 / 10




martes, 22 de enero de 2013

Mi TOP 20 de películas de todos los tiempos


A día de hoy, y considerando que aún me queda mucho cine por ver, ésta es la lista de las películas que más me han gustado hasta la fecha, ordenadas cronológicamente. Cualquier cambio lo iré poniendo en comentarios, para tenerlo actualizado

 1.- M, Fritz Lang (1931)
 2.- To Be or Not To Be, Ernst Lubitch (1942)
 3.- Double Indemmity, Billy Wilder (1944)
 4.- Ladri di Biciclette, Vittorio de Sica (1948)
 5.- The Third Man, Carol Reed (1949)
 6.- Tokio Monogatari, Yasujiro Ozu (1953)
 7.- Ugetsu Monogatari, Kenji Mizoguchi (1953)
 8.- 12 Angry Men, Sidney Lumet (1957)
 9.- Kumonosu-jô, Akira Kurosawa (1957)
10.- Vértigo, Alfred Hitchcock (1958)
11.- Touch of Evil, Orson Welles (1958)
12.- Les Quatre Cents Coups, François Truffaut (1959)
13.- Le Trou, Jacques Becker (1960)
14.- El Ángel Exterminador, Luis Buñuel (1962)
15.- Persona, Ingmar Bergman (1966)
16.- The Godfather, Francis Ford Coppola (1972-1974)
17.- Le Fantôme da la Liberté, Luis Buñuel (1974)
18.- Apocalypse Now!, Francis Ford Coppola (1979)
19.- Sacificio, Andey Tarkovskiy (1986)
20.- Mulholland Dr., David Lynch (2001)



domingo, 20 de enero de 2013

Django Unchained, Quentin Tarantino

 El western visto desde los ojos de un niño travieso by Daniel Reigosa





Título original: Django Unchained
Año: 2012
Duración: 165 min.
País: Estados Unidos
Director: Quentin Tarantino
Guión: Quentin Tarantino
Música: Ennio Morricone, Johnny Cash…
Fotografía: Robert Richardson
Reparto: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, Don Johnson, Walton Goggins, James Remar, Dennis Christopher, Michael Parks, Bruce Dern, Franco Nero, Jonah Hill, Tom Savini, M.C. Gainey, RZA, Todd Allen, James Russo, Tom Wopat, Misty Upham, Gerald McRaney, Cooper Huckabee, Laura Cayouette
Productora: Sony Pictures / The Weinstein Company




No es normal que un director con una carrera tan poco prolífica levante el revuelo y expectación que genera el señor Tarantino tanto a nivel de crítica como, sobre todo, de público. Cada estreno del director de Tennessee se convierte en evento mundial, todo el mundo opina, es tema de conversación en lugares tan dispares como noticieros o en la cafetería del trabajo. Como figura magnánima e icónica que es, más allá del cine, levanta odios y pasiones, pero incluso entre los que no lo soportan resulta difícil encontrar a alguien que no reconozca su indudable calidad.

Creo que su mejor época creativa la podemos encontrar en sus inicios, con Reservoir Dogs, Pulp Fiction y Jackie Brown pero en todas sus películas ha sabido mantener un nivel alto de calidad mezclado con elevadas dosis de humor, sin perder su peculiar estilo. Es un niño travieso en un cuerpo de 45 años, un niño que se lo pasa bien rodando y que, cuando tiene un juguete nuevo, lo exprime para que todos podamos jugar con él. Django Unchained es una gamberrada, es un nuevo juguete, no tan bonito como los anteriores pero igualmente divertido.


Tarantino ha jugueteado (y homenajeado) con el género western (más concretamente a Sergio Leone y el "spaguetti western") con mayor o menor intensidad en todas sus películas, pero nunca había rodado uno como tal. Django Unchained es un western pero, paradójicamente, es la película de su filmografía que más se aleja del lenguaje de este género. No encontramos los primerísimos primeros planos, los personajes de héroes moralmente discutibles o la estética sucia. Django es una película más cercana al género de superhéroes o la mitología clásica.


No voy a extenderme hablando de lo magistrales que están los actores (especialmente Christoph Waltz, un actor que se adapta como un guante al humor y estilo de Tarantino), ni de la maravillosa banda sonora (el tema de Johnny Cash, "Aint no Grave" parece hecho especialmente para el film), porque eso se presupone en las películas de Tarantino.

Django Unchained trata la brutalidad de la esclavitud en los estados sureños americanos de una forma inteligente, sin pasar de puntillas y con respeto (fantástica la parodia en tono burlesco al KKK).  Tras una primera hora absolutamente fascinante con escenas memorables (aunque no a la altura de la primera escena de Malditos Bastardos) y un ritmo trepidante, la película entra en una fase más madura, lenta y con paréntesis de humor muy bien dosificado. Sin embargo, la última media hora, donde los desfases y excentricidades de Tarantino alcanzan su punto álgido, baja considerablemente el nivel.


Es en esa primera parte donde tienen lugar las mejores escenas y los mejores diálogos, más ingeniosos y críticos. La escena inicial, en la que se presentan a los dos protagonistas es puro cine y la escena del bar, en la que Djando y el Dr. Schultz se toman una cerveza mientras esperan al sheriff es de las que hacen amar este vicio. Pero la película se va diluyendo poco a poco a medida que la trama se centra sólo en la obsesión de Django (recuperar a su mujer), exceptuando las magnificas introducciones de los personaje de Calvin Candle (uno de los mejores malos de la historia del western interpretado con muchos matices por un maduro y convincente Leo DiCaprio) y de Stephen (un criado de color con una posición privilegiada y una especie de síndrome de Estocolmo, que le hace aceptar y defender las normas establecidas).

Una película extremadamente divertida, con unos buenos personajes (aunque lejos de la complejidad de Pulp Fiction) que supone una continuidad con Malditos Bastardos en cuanto a tratar temas espinosos dándoles un final que la historia hubiese aceptado de buen grado. Una travesura más del "niño gamberro" Tarantino, que se divierte (y mucho) en esta película (su cameo es muy cómico y autoparódico) y que, en contra de las polémicas declaraciones de Spike Lee, creo que trata el tema de la esclavitud con mucho respeto y sin recrearse de una forma banal. Dos horas y media que se pasan volando, lo cual es de agradecer. No viene mal una ración en el menú cinematográfico de "Spaguetti a lo Tarantino" cada 4-5 años, en el que el próximo plato ya anunciado será Kill Bill Volumen 3....A esperar toca.



Nota VOSP: 7,7 / 10


sábado, 19 de enero de 2013

Lincoln, Steven Spielberg

Una lección de historia con pinceladas de cine fácil by Daniel Reigosa



Título original: Lincoln
Año:  2012
Duración: 149 min.
País: Estados Unidos
Director: Steven Spielberg
Guión: Tony Kushner (Libro: Doris Kearns Goodwin)
Música: John Williams
Fotografía: Janusz Kaminski
Reparto: Daniel Day-Lewis, Sally Field, Tommy Lee Jones, David Strathairn, Joseph Gordon-Levitt, James Spader, Lee Pace, Gulliver McGrath, Hal Holbrook, Michael Stuhlbarg, Jared Harris, David Costabile, Jackie Earle Haley, Joseph Cross, John Hawkes, Tim Blake Nelson, Peter McRobbie, Jeremy Strong, Gloria Reuben, Walton Goggins, Bruce McGill, David Oyelowo, Lukas Haas
Productora: 20th Century Fox / DreamWorks SKG / Amblin Entertainment / Imagine Entertainment / The Kennedy/Marshall Company / Participant Media / Reliance Entertainment / Office Seekers Productions / Parkes/MacDonald Productions




Seis meses hace que conocí la noticia de que Spielberg, tras más de once años dándole vueltas al guión, iba a estrenar la película Lincoln y que Daniel Day-Lewis iba a encarnar al carismático presidente americano. Dos monstruos de la industria al frente de un proyecto gigante. Llevo hablando de Lincoln incluso antes de su estreno, con las expectativas por las nubes...Seis meses es mucho tiempo esperando una película...en ese tiempo he podido ver como el cine europeo superaba (un año más) la calidad del cine americano, en la que sólo The Master ha estado realmente a la altura. Lincoln se presentaba (junto con Django Unchained, la última de Tarantino) como las dos últimas balas para salvar el tipo del manido y cada vez, menos interesante, cine americano.


Bueno, pues ayer era el día, tras el intento frustrado de acudir a la premier, de ver tan ansiado film. Y las expectativas se quedaron donde nunca debieron llegar, pero eso es mi problema. 

Antes de nada, es justo decir que Lincoln es una gran película rodada con un estilo solemne, imponente y elegante, algo que se le exige a un profesional como Spielberg. El guión es sólido, centrado en la figura del presidente y su empeño de firmar, cueste lo que cueste,  la 13ª enmienda -que promueve la abolición de la esclavitud- antes de finalizar la guerra de secesión.


La fotografía y la ambientación son de lo mejor que ha dado el cine en los últimos años. Magistral el trabajo del director de fotografía Janus Kaminski -que ha trabajado con Spielberg desde La Lista de Schindler-, que consigue reproducir de manera exacta la luz de los cuadros y primeras fotografías del presidente.


Y por supuesto Daniel Day-Lewis -que dignifica una vez más la profesión de actor-, realiza una interpretación de órdago, llena de matices, con un profundo estudio del personaje. De hecho, él sólo rellena la pantalla y hace que las escenas en las que no aparece queden totalmente vacías. Además, el parecido con el presidente americano es impresionante, casi sospechoso, como si aún pariente muy lejano de Daniel perteneciese a la familia Lincoln. Destacar también el gran papel del siempre correcto Tommy Lee Jones.

Es decir, técnicamente es portentosa, como no cabía esperar menos. Ahora bien, la película cae en los típicos vicios molestos del cine americano en general y Spielberg en particular. El director no arriesga, da al espectador lo que quiere sin cuestionar nada. Sobran personajes y situaciones ingeniosas (¿por qué todos los americanos siempre tienen comentarios ingeniosos para todas las situaciones?) y demasiado actuales (la votación de la enmienda en la cámara es muy poco convincente). Los "malos", es decir, los demócratas, son demasiado malos, como si villanos de una película de superhéroes se tratara donde, claro está, a Lincoln sólo le falta llevar capa.

Se agradece, no obstante, que la película no se recree en los horrores de la guerra de secesión -con escenas que desvíen la atención para llenar los ojos del espectador-, y que se centre en la figura de Abraham Lincoln. La guerra aparece de fondo, en escenas contadas y muy bien seleccionadas, como cuando Lincoln presencia a lomos de su caballo la pila de cadáveres que ha dejado la última batalla.

Es la clásica película que arrasará en los Oscars, donde la figura de su gran icono queda sin una mancha, sin ser cuestionado por su dudosa ética política más allá de lo moralmente justificable. Es una lástima ya que los pilares para hacer una obra maestra eran inmejorables, pero está claro que el Spielberg ingenioso de El Demonio Sobre Ruedas o Tiburón ha desaparecido, dando paso a un excelente profesional de películas grandilocuentes. Una pena.



Nota VOSP: 7,2

Tabu, Miguel Gomes

De cuando la poesía se hace cine (y otras historias) by Daniel Reigosa







Título original: Tabu
Año: 2012
Duración:  118 min.
País: Portugal
Director: Miguel Gomes
Guión: Miguel Gomes, Mariana Ricardo
Fotografía: Rui Poças (B&W)
Reparto: Teresa Madruga, Laura Soveral, Ana Moreira, Carloto Cotta, Henrique Espírito Santo
Productora: O Som e a Fúria / Radiotelevisão Portuguesa (RTP)


Al salir del cine después de haber visto Tabú, me ha resultado extraño volver a la época actual...tengo la sensación estar viviendo la época de las películas de grandes aventuras y en las que se empezaba a juguetear con el sonido. Tabú es un homenaje al CINE con mayúsculas, pero también es una aportación al mismo en toda regla, demostrando que se puede reinventar un lenguaje ya olvidado convirtiéndolo en fresco e innovador.

La película de Miguel Gomes está dividida en dos partes bien diferenciadas (igual que la película homónima de F.W. Murnau) y con un nexo que actúa de unión entre ellas: el personaje de Pilar (Teresa Madruga), una persona melancólica, con una vida sencilla sin demasiados sobresaltos, racional y con cierta timidez, que le impide tener una vida social plena.


Miguel Gomes propone una confrontación en la historia, ya que la primera parte narra el ocaso de Aurora, una mujer que vive en una paranoia, aficionada al juego, que ha tenido una vida plena pero que no ha envejecido acorde a ella y que ha visto reducido su mundo a tres personas: la mencionada Pilar; Santa, su criada de color; y su hija, que no le hace demasiado caso. La segunda parte cuenta, a través del relato que hace Ventura (un antiguo amigo de Aurora) a Pilar, la etapa de esplendor de Aurora, que se desarrolla en la África colonial, 50-60 años antes.


Propone también una confrontación en la forma, ya que la primera parte está rodada de una manera más convencional, en un elegante blanco y negro, que sitúa la acción en el presente; mientras que la segunda parte está rodada en analógico, con grano, sin sonido y adoptando el lenguaje del cine mudo de los años 20, mientras una elegante y sentida, voz en off (la de Ventura) nos narras las aventuras y desventuras de la joven Aurora.

Confrontación en la narración temporal. Mientras en la primera parte la acción transcurre en el presente, en días, intensificado la acción y la construcción de los personajes con detalles más cotidianos, la segunda está narrada en un espacio temporal más amplio (meses) que nos dan una idea de recuerdo, de historia más grandiosa. La idea de recuerdo también está remarcada por la falta de sonido en los diálogos en los personajes: uno recuerda lo que pasó, con más o menos detalle, pero no lo que se decía en cada momento. Aquí Gomes, utiliza el lenguaje del cine mudo no sólo para situar la acción en el pasado, sino también para potenciar el relato de Ventura, de una manera poética, los recuerdos sonoros corresponden al presente mientras que se acompañan con escenas del pasado, donde los únicos sonidos son los que permanecen inalterables con el paso del tiempo (motor de una motocicleta, una piedra que se tira al agua o incluso una canción).

Y, por último, el autor confronta el tabú de la película, el amor y las heridas que provoca. En la primera parte es la timidez y la soledad, representadas en Pilar, dificultando el acceso a una vida más plena. En la segunda parte, partiendo de una vida plena, el problema vendrá por un amor prohibido, desencadenando en pasión y con consecuencias trágicas. En ambos casos se trata de un amor imposible, aunque por diversos factores.

Tabú es una joya, una película de las que emocionan, sin trampas, elegante, una historia que merece la pena ser contada, con un guión perfectamente adaptado. Ir a ver  la película de Gomes supone un acierto y una experiencia altamente gratificante. Pena que la distribución se reduzca a unas pocas copias y que sólo unos pocos privilegiados puedan disfrutar de este manjar














Nota VOSP:  8,7 / 10

viernes, 18 de enero de 2013

Gritos y Susurros, Ingmar Bergman


Gritos de Rojo, susurros de pasado by Daniel Reigosa




Título original: Viskningar och rop (Cries and Whispers)
Año: 1972
Duración:  91 min.
País: Suecia
Director: Ingmar Bergman
Guión: Ingmar Bergman
Música: J.S. Bach, Fréderic Chopin
Fotografía: Sven Nykvist
Reparto: Harriet Andersson, Ingrid Thulin, Liv Ullmann, Kari Sylwan, Erland Josephson, Henning Moritzen
Productora: Svenska Filminstitutet / Cinematograph AB








La película que le quitó el Óscar a la mejor fotografía al Padrino).

Retrato del dolor, de la angustia de vivir, de la enfermedad y de cómo afecta a tus seres queridos (y a los no tan queridos), de la agonía, de experiencias pasadas, de turbulencias, de la infelicidad, de la muerte, de los sentimientos, de la soledad, de la existencia, de la sexualidad, de las relaciones de pareja, del amor impuesto, del amor libre, de los deseos, de los impulsos sexuales y sentimentales, de la religión, de la salvación del alma, de la limpieza de espíritu, de todo esto y de mucho más.

Se trata de un film visualmente desgarrador, marcado por las punzadas de dolor representadas por latigazos de fundidos a rojo. Un rojo intenso que impregna el film y que se mantiene en tu retina días después de haber visto la película. Los gritos son el rojo y los susurros el pasado. Los gritos son de dolor y los susurros de arrepentimiento. Los gritos son la agonía y los susurros son la compasión.




MAGNÍFICA

jueves, 17 de enero de 2013

El Muerto y ser Feliz, Javier Rebollo

La redención del antihéroe by Daniel Reigosa



Título original: El muerto y ser feliz
Año:  2012
Duración: 94 min.
País: España
Director: Javier Rebollo
Guión: Javier Rebollo, Lola Mayo, Salvador Roselli
Música: Varios
Fotografía: Santiago Racaj
Reparto: José Sacristán, Roxana Blanco, Vicky Peña, Valeria Alonso, Fermí Reixach, Jorge Jellinek
Productora: Coproducción España-Argentina-Francia; Lolita Films / Televisió de Catalunya (TV3) / Icónica (TV3) / Icónica S.A. / TVE / Eddie Saeta S.A. / Noodles Production / ICO





Que El Muerto y ser Feliz no es una película corriente queda claro desde los créditos iniciales, antes de que empiece, por esa extraña y sonora dedicatoria a la Cinemateca Uruguaya. Incluso antes de entrar al cine, ya que ni la taquillera sabía de qué película le estaba hablando...sensación extraña cuando ni las personas que trabajan en el cine conocen la película.

Al entrar, lo esperado, tres personas en hora punta (aunque en martes) en una sala de reducidas dimensiones. Empieza la película con la dedicatoria antes comentada y en los primeros minutos del film (yo tardé una media hora en entrar en la trama) experimento una sensación de desconcierto que seguro ha invadido el pensamiento de la práctica totalidad de los espectadores, ¿se habrá dejado encendido el proyeccionista el audio para ciegos?


Cuesta entrar en la historia, más por culpa de la voz over que recorre toda la película que por la historia en sí. Santos (José Sacristán), un ex asesino a sueldo que no mata, con tres tumores diagnosticados, decide emprender un viaje sin rumbo para morir y buscar la redención de sus pecados. Cargado de morfina y al volante de su Ford Falcon con nombre propio (como si de un caballo en un western se tratase, y no es la única similitud con ese tipo de cine), el protagonista se dispone a experimentar la aventura de su vida. Para ello contará con el dinero de un trabajo que no ha hecho y de una compañera de viaje ideal, Erika (Roxana Blanco) necesitada también de ese tipo de experiencias, y que aparecerá de forma casual en la vida de Santos. 

El director plantea una atmósfera deprimente, acorde con la vida de Santos, cargada de colores pastel, cámara en mano y planos sin belleza aparente. Acentuará la sensación de abandono con barridos y movimientos de cámaras intencionadamente "no profesionales", provocando en el espectador una sensación extraña, como de mareo, que acerca más si cabe a la enfermedad y visión del mundo de Santos (incentivado por el constante uso de morfina). 

Pero no se puede hablar de esta película sin hacer referencia a su elemento más original y novedoso: su voz en off (que en realidad son tres y a veces al mismo tiempo) que narra absolutamente todo lo que pasa en la película, confinando la misma importancia a narración hablada e imagen. Esa voz a veces juega a confundir, a reflexionar si sobre lo que vemos es real o si, por el contrario, es real lo que oímos (o ninguna de las dos) y otras veces se limita a describir de una manera objetiva lo que pasa en pantalla, reiterando lo que ya estamos viendo. Cuestiona constantemente la veracidad de la imagen sobre el relato, el ver para creer. 

Estos dos elementos, imagen y voz over, provocan un cortocircuito (palabras del director) en el visionado del espectador. Rebollo propone un reto, o un juego, del que es un placer participar. Se trata de un experimento visual y sonoro del que el director sale bien parado, cine experimental y tremendamente original.

Eso sí, la película requiere un importante esfuerzo de conciliación entre imagen y voz, y no es fácil cogerle el ritmo y sentirse cómodo, pero al terminar tienes esa sensación de haber visto algo grande y que madura de forma muy interesante en la cabeza. No apta para todos los públicos.



Nota VOSP: 7,7 / 10

lunes, 14 de enero de 2013

La CIA secuestra los Globos de Oro



Sorpresa mayúscula en la gala de entrega de los Globos de Oro. Lincoln, sin duda la gran favorita, se lleva simplemente 1 premio (actor principal) de los 7 a los que estaba nominada, mientras que Argo, que no entraba en las quinielas, a priori, se lleva los dos premios más importantes (película y director). Aunque las grandes triunfadoras de la gala fueron Los Miserables, la serie Homeland y la miniserie Game Change, ambas con 3 premios cada una.



Como si de un guión propio se tratase, la CIA pareció haber secuestrado la gala y los 6 premios recibidos (3 por Homeland, 2 por Argo y 1 por Zero Dark Thirty) semejan un elevado rescate pagado por los académicos. Por mucho que me quieran vender Homeland como la mejor serie del momento, existen otras, como Breaking Bad o Boardwalk Empire mucho mejor producidas e interpretadas. Puedo entender el premio a Claire Dunst, pero nunca el de Damien Lewis, que pierde por goleada el duelo con Bryan Cranston o Steve Buscemi.

Por otro lado, lo de Argo tiene cola. De lo que podría haber sido una grandísima película, se queda al final en una película corriente más, por no saber manejar los tiempos del final y venderse a una trama mucho más accesible en la última media hora, y eso es culpa del director, por lo que es otro premio que tampoco entiendo.

Lo de los Miserables lo entiendo más, tres Globos de Oro cantados:  mejor película comedia o musical,  Anne Hathaway como mejor actriz secundaria y Hugh Jackman como mejor actor de comedia o musical. Seguramente Hathaway repita en los Oscars, pero no los otros dos, al no disponer esta gala de categorías especiales para las películas de comedia/musical.


Amy Poehler y Tina Fey, sarcásticas e incisivas durante toda la gala, resultaron dignas sucesoras de Ricky Gervais, que había presentado las tres últimas ediciones. Dardos y bromas a James Cameron, Lena Dunham o Anne Hathaway en una gala que, como de costumbre, pecó de excesiva duración.

Por último, Django de Tarantino se llevó dos premios importantes (mejor actor secundario y guión) y destacar el cantado premio a Haneke y su Amour como mejor película de habla no inglesa.

En fin, que a Holywood se ve el plumero, y toca resaltar lo buenos que son en cuanto a política internacional se refiere (por supuesto todas las historias de Argo, ZDT y Homeland se resuelven con éxito), para animar a la gente en época de crisis y aumentar el sentimiento de patriotismo y deja fuera cualquier esbozo de decadencia o frivolidad de la sociedad americana (como pasa en The Master).

Podéis revisar todos los premios AQUÍ

sábado, 12 de enero de 2013

Mis Películas Favoritas - Los Cuatrocientos Golpes, François Truffaut





Título original: Les Quatre cents coups (Les 400 coups)
Año: 1959
Duración: 94 min.
País: Francia
Director: François Truffaut
Guión: Marcel Moussy & François Truffaut
Música: Jean Constantin
Fotografía: Henri Decae (B&W)
Reparto: Jean-Pierre Léaud, Claire Maurier, Albert Rémy, Guy Decomble, Georges Flamant, Patrick Auffay
Productora: Les Films du Carrosse





Son las 00:30 de la madrugada de un lunes cualquiera. Acabo de ver “los 400 Golpes” de Truffaut. Tengo el regusto que se siente cuando acabas de ver una obra maestra, de esas que por alguna extraña razón conectan contigo al 100%, una película que puedes hacer tuya, el corazón late más fuerte y la emoción recorre cada centímetro de tu cuerpo…me quedo varios minutos en el sofá saboreando esta deliciosa sensación que ocurre tan pocas veces, por desgracia.

Me gusta cada plano, cada secuencia, la genial utilización de la cámara, bien sea para narrar con travelings o zooms, para intimar en los personajes, para ser mero observador de la escena o simplemente escuchar a través de una puerta. La cámara aquí es protagonista, es un actor más y Truffaut la maneja con maestría.

Mención especial tienen para mi dos escenas. La secuencia del furgón de policía y, sobre todo, el genial plano secuencia del final, donde se ve a un desesperado Antoine Doinel corriendo mientra la cámara lo sigue hasta su destino. DELICIOSO.








Los actores, muy al estilo del neorrealismo italiano, son jóvenes, desconocidos en la época, que consiguen una dosis muy elevada de realismo y credibilidad. Eso y el estar rodada en escenarios reales y con luz natural le da, a veces, un aspecto documental que arroja elevadas dosis de verosimilitud y cercanía al film. Resulta impresionante la actuación del niño, Antoine Doinel (Jean-Pierre Léaud), que con 14 años consigue hacerse con un papel difícil, lleno de matices y con una soltura impropia para alguien de su corta edad.

El blanco y negro es perfecto, gris cuando tiene que serlo y con alto contraste cuando se quiere resaltar rasgos de la personalidad de los personajes. Los grandes planos de París, desde el plano secuencia inicial hasta varios donde se ve al niño correr entre sus calles son de esos que se te quedan en la retina. Los planos nocturnos está muy logrados, la noche es más real gracias al uso de nuevas cámaras con mayor sensibilidad a la luz, lo que permite rodar sin luz artificial, que hubiese estropeado el clima de la película, dotándola de elementos artificiosos y falsos. Cada plano cuidado al mínimo detalle, ya sea una bajada de escaleras, una conversación en clase de francés o los interiores de una imprenta.









Desconozco si es la mejor de Truffaut, si incluso la mejor de la Nouvelle Vague, lo que sí sé es que esta película ha conectado al 100% conmigo. Gracias François