Un pequeño paso para el cine, pero un gran salto para el entretenimiento
by Daniel Reigosa
Título original: Gravity |
Año: 2013 | Duración:
90 min. | País.
Estados Unidos | Director:
Alfonso Cuarón | Guión:
Alfonso Cuarón, Jonás Cuarón |
Música: Steven Price |
Fotografía: Emmanuel Lubezki |
Reparto: Sandra Bullock, George Clooney |
Productora: Warner Bros. Pictures / Esperanto Filmoj / Heyday Films
Hace unos años, concretamente a finales de 2009, una película abrió nuevas puertas a la tecnología en el cine, como en su día hicieron Matrix (Andy y Lana Wachowski, 1999) o, yéndonos mucho más atrás en el tiempo, 2001:Una Odisea en el Espacio (Stanley Kubrick, 1968). Se trataba de Avatar (James Cameron, 2009), una película rodada en 3D, suponiendo un nuevo reclamo para el público masivo. Pero la grabación y exposición en tres dimensiones no aportaba nada nuevo a la historia y, en muchos casos, se convertía en un elemento insulso y encarecedor del precio final de la entrada. Salvo en contadas excepciones, como La Vida de Pi (Ang Lee, 2012), el 3D no era un elemento diferenciador. Hasta que llegó Gravity (Alfonso Cuarón, 2013).

Ahora bien, una película no puede (o no debe) basarse al 100% en la tecnología utilizada, por muy buena que ésta sea. Hace falta una historia fuerte, interesante, con un buen desarrollo y construcción de los personajes. Y aquí es donde falla Gravity. Te deja frío, con ganas de algo más, con la sensación de que podría haber sido una película redonda, pero que se estanca en el limbo de las buenas películas con grandes pretensiones.

El guión funciona a base de constantes (y similares) repeticiones. La película va saltando de problema en problema, y de solución en solución, a veces resueltas demasiado azarosamente en un lugar, el espacio, donde deberían disminuir las probabilidades de este tipo de situaciones. El aspecto humano y su profundización brilla por su ausencia y queda reducido a pequeñas y no muy brillantes dosis. Tanto la Dra. Stone como el Dr. Matt Kowalski (George Clooney) son meras comparsas al servicio de la película, una especie de aguaplast para rellenar huecos en el trepidante ritmo que ofrece el largometraje, construídos con apatía y poca profundidad.

En resumen, se trata de un grandísimo producto comercial, que supone un salto cualitativo en el uso del Real 3D, un "monolito"en cuanto a tecnología se refiere, pero que no va acompañado del salto cognitivo-evolutivo del que nos hablaba Kubrick. Esto es lo que pasa cuando la "herramienta" supera al ser humano. Y sí, las comparaciones son odiosas.
muy interesante dani, me da ganas de verla aunque le falte substancia... parece que ultimamente les estudios americanos o invierten en espectáculo en el cine o en historias en las series... los buenos guionistas estan demasiados atareados en buscar nuevas historias entretenidas para las proximas temporadas de todas las series que nos estan enganchados..
ResponderEliminarSiempre nos quedará el cine oriental (especialmente Japón, Corea e Irán) o el europeo, donde prima la historia y se ignora el artificio. El espectáculo es el nuevo cine y las distribuidoras americanas (más con este panorama) están tomando demasiado el control. Un saludo!!!
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